Persona realizando un viaje astral

¿Cómo prepararse para un viaje astral?

La práctica de la salida astral comienza meses antes de su realización efectiva

Los viajes astrales se supone que son un desdoblamiento del alma o cuerpo astral, es decir que el espíritu interior sale del cuerpo y puede viajar a donde le venga en gana siempre sujeto a un imaginario hilo de plata como dicen los expertos en esta materia. Si ese hilo imaginario se rompe, pasas a formar parte de la dimensión astral, es decir el cuerpo se podría quedar sin vida. Se dice que en el mundo astral hay muchos tipos de criaturas, difuntos, energías, hasta seres monstruosos.

Personalmente, hasta la fecha yo no lo he experimentado todavía, aun así quiero recalcar que me parece muy importante que si se practica este experimento, siempre se haga con una persona experta.

Preparación para hacer viajes astrales

La práctica de la salida astral comienza meses antes de su realización efectiva. Solo un organismo y un espíritu bien entrenado por las técnicas preparatorias podrá llegar a su objetivo. Es esencial aprender el arte de la relajación, y la respiración controlada, la concentración, la visualización, la memoria, y la proyección de la voluntad.

Relajación

La relajación implica la eliminación total de toda contracción muscular, toda tensión del cuerpo y del espíritu. ¿Cómo relajarse? Acuéstate sobre tu espalda, sobre un espacio rígido pero confortable, pon las palmas de tus manos hacia arriba. No debe hacer ni mucho frío, ni mucho calor, al menos para comenzar, tampoco debes estar afligido por dolores o atormentado por deseos fisiológicos. Partiendo de la punta de tus pies trata de visualizar todos tus nervios y tus músculos. Comenzando por el pie izquierdo, contrae tus músculos uno después de otro y asciende progresivamente por todo el largo de tu cuerpo y luego descontraelo. Tu tensión y tu negatividad se descargarán.

Termina el ejercicio moviéndote lentamente y estirándote. Luego sentirás una sensación de calma y de buen humor, que te permitirá enfrentar con optimismo la fatiga y las contrariedades.

Persona haciendo yoga
La relajación implica la eliminación total de toda contracción muscular | Getty Images

Respiración

La respiración está ligada al concepto mismo de la vida. Un hombre en buen estado de salud, registra aproximadamente 24.000 ciclos respiratorios por día. Según las teorías orientales, cuando respiramos no absorbemos solamente el aire y gases, absorbemos también el prana o energía cósmica (etérica), esa que los curanderos canalizan en los cuerpos enfermos, para comunicarles la energía vital y combatir la enfermedad.

En el mundo occidental, nosotros respiramos mal, esta negligencia puede ser la causa de una mala oxigenación de la sangre y por consiguiente una disminución de funciones cerebrales. La capacidad de concentrarse se reduce porque las energías son insuficientes. Como la respiración afecta la psiquis, el estado físico negativo afecta al ritmo respiratorio. En los momentos críticos, cuando estamos bajo estrés o miedo, una respiración correcta, lenta y ejecutada por la nariz será el mejor de los medicamentos.

Concentración

La concentración es el arte de aislarse de las influencias exteriores. Como hay demasiadas ideas en nuestro espíritu debemos filtrar y seleccionar una que esté asociada al objeto escogido, para que la visión sea lo más clara y completa. La concentración es el resultado de la atención, de la perseverancia y del dominio del “Yo”. Trata de suspender por algunos segundos tu actividad mental y descubrirás cómo el pensamiento es indisciplinado e inestable.

Persona leyendo un libro concentrada
La concentración es el arte de aislarse de las influencias exteriores | Getty Images

Busca un lugar tranquilo donde puedas estar seguro de que nadie te molestará. Relájate y controla tu respiración. Enciende una vela y ubícala a 3 o 4 cm. frente a ti. Siéntate de manera cómoda, con la espalda recta, visualiza la llama de la vela y trata de poner tu mente en blanco. Al principio una multitud de pensamientos tumultuosos tratarán de perturbar tu espíritu, pero tú los vencerás.

Progresivamente y a medida que vas perdiendo el contacto con la realidad, esos pensamientos irán desapareciendo. Una sensación de agradable ligereza síquica y un adormecimiento del cuerpo te irán invadiendo, creando en ti, un estado de inmaterialidad.

Visualización

La visualización es ver algo o a alguien a través del espíritu. Es una técnica que puede facilitar la concentración, pero depende de una práctica constante. Es necesario clasificar o seleccionar nuestros pensamientos, inmovilizarlos y fijar nuestra atención durante algunos 10 segundos sobre una imagen construida por nuestro espíritu. La creatividad y el control mental son ingredientes indispensables de la visualización.

Memoria y Voluntad

Para reforzar la voluntad, debemos alimentarla haciendo y atendiendo objetivos diferentes. Los ejercicios para esto son innumerables. 

  • Pon atención a tus hábitos y elimina los negativos.
  • Programa tu día y esfuérzate en cumplir con lo prometido.
  • Controla tu impulsividad y lo que consideres que son tus defectos para que puedas mejorar tu vida interior.
  • Pon a trabajar tu determinación sobre los pequeños obstáculos de tu vida cotidiana.
  • Construye tus victorias sobre tus deseos, focaliza tu atención sobre el objeto deseado.

Aprendamos a ser dueños de nuestros sentimientos y deseos, en un  mundo que nos agrede constantemente por sus publicidades y sus ruidos.